periodoncia

La enfermedad periodontal (más comúnmente conocida como enfermedad de las encías) ataca los tejidos, los huesos y los ligamentos que sostienen los dientes. Es una causa común de pérdida de dientes en adultos y, a menudo, puede afectar a las personas sin presentar síntomas notables. 

La enfermedad periodontal está relacionada con la salud general de una persona, lo que significa que cuidar de sus dientes y encías es de gran importancia. Los buenos hábitos orales y el mantenimiento previenen los problemas asociados con la enfermedad de las encías, y se aseguran de visitar a su dentista cada 6 meses para obtener una valoración.

La investigación también ha demostrado que la enfermedad periodontal está directamente relacionada con nuestra salud general y, si no se trata, puede aumentar los riesgos de desarrollar afecciones más graves, como enfermedades cardíacas, enfermedades cardiovasculares, afecciones respiratorias y diabetes. 

Esto resalta la importancia de los exámenes dentales regulares para ayudar a detectar y tratar la enfermedad periodontal antes de que se intensifique.

La periodontitis tiene dos etapas. La primera etapa, menos grave, de la enfermedad se conoce como gingivitis y es una afección fácilmente tratable con efectos reversibles. Durante esta etapa, las encías pueden inflamarse, sangrar durante el cepillado y eventualmente comenzar a retroceder. 

Si no se detecta y se trata, la enfermedad puede progresar a su segunda etapa, la periodontitis más severa.

 Aquí es donde la inflamación se mueve más profundamente en la estructura de soporte de los dientes, lo que resulta en la pérdida ósea y la inflamación crónica, que a menudo es indolora pero causa mal aliento (halitosis). 

Este daño no puede revertirse una vez sostenido. Si la periodontitis no se trata, puede ocasionar pérdida de hueso y dientes.

Recomendaciones

La prevención será uno de los factores determinantes. La detección temprana es importante en la lucha contra la enfermedad periodontal. Casi todos los adultos sufrirán la enfermedad en algún momento de sus vidas. 

El riesgo puede ser minimizado manteniendo una rutina de higiene oral completa y visitas regulares cada año para una limpieza y examen profesional.

Una vez que la enfermedad está presente, es importante recibir tratamiento para detener el progreso de la infección.